lunes, 9 de noviembre de 2009

Las cosas cambiaron

Mientras, mi chica ignoraba todo lo que me estaba sucediendo...
Aún sigo en la habitación con él. Comienza a moverse. Parece que está despertándose. Abre tímidamente los ojos. Se despierta. No dice nada. Simplemente esboza una ligera sonrisa. Siento una culpabilidad enorme, y gritando le ordeno que se vaya de casa. Él no dice nada. Se viste, y con su inmóvil elegancia sale por la puerta. Yo ando desconcertado, perdido, sin saber bien qué hacer ni adónde ir... Suena el teléfono. Es Marta, mi chica. Ya van ocho tonos. Se corta. Vuelve a insistir. "Cariño, ¿estás bien?"-me pregunta- No sé bien qué decirle. Estoy como en una nube, como si llevara dos días drogado. Era sábado, y ahí empezaba nuestro fin de semana que habíamos preparado días atrás...
Ya es lunes. El fin de semana ha pasado. "Te noto ausente"-repitió Marta durante todo el viaje- ¿Sabes? Siempre tuve a Marta por una chica maravillosa, dulce, cariñosa, guapa, comprensiva... Simplemente la quería mucho... Pero ahora mis sentimientos eran otros. Era tanta la rabia que sentía conmigo mismo que mis miedos los pagaba con ella. Poco a poco sentí un gran rechazo hacia todo lo que hacía Marta, a lo que decía, a lo que proponía... Todo me parecía mal. Incluso su tono de voz me parecía insoportable. El sexo entre los dos comenzó a ser un desastre, tanto que terminó dejándome. Todo fue tan rápido que en tres semanas había pasado de estar con la mejor chica que podía existir a estar solo... Me encerré en mi mismo. Me alejé de mis amigos, de mi familia y solo salía de casa para trabajar. No volví en ese tiempo al gimnasio para evitar cruzarme con Rubén, el chico que había cambiado muchas cosas de mí en solo una noche. En estas tres semanas pensé en él día y noche. Deseaba verle, acariciarle, besarle y sobre todo hacerle entender mi situación en ese momento... Pero sentía tanto miedo de que para él simplemente fuera un polvo más en su vida... Además, no sabía mucho de él... Simplemente la noche que nos vimos, entre copas, me comentó que en los últimos tiempos se había dado cuenta de quiénes eran realmente sus amigos, que estaba pasando quizás por el peor momento que una persona alguna vez podría pasar, pero que él era fuerte y estaba afrontando la vida con optimismo. Yo intenté saber qué le sucedía, pero respeté su decisión de no comentar más...
Llaman a la puerta. Es Rubén. Abro la puerta. Está mirando al suelo. "Tengo que hablar contigo, es muy importante"-dijo Rubén- CONTINUARÁ

1 comentario:

  1. Vaya tela........

    Esta noche me quedo sin dormir, dándole vueltas sobre qué quería hablar contigo Rubén...

    Jo.... Actualiza pronto!!

    ResponderEliminar